Especial

LA TERCERA PALABRA

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…La hija de doña Sara en un santiamén se convirtió en señorita. Fernanda Mercedes, lo que en su casa observó, fue lo que calcó. Antes de que el gallo cantara, se afilió y se afiló a eso de la actuada, haciéndola de pareja de don Jorge Negrete, que ni tardo ni perezoso, le soltó los perros a Fernandita, pero el charrito cantor no se percató con que la “dulce suegra” lo espiaba tras las rendijas de la puerta con la “dientes de oro calibre ahí muere” entre manos, y así por la buena, prefirió ir a buscar chamba en otro lado.

 Al morir Fernandita con tan solo veinte años, parecía que la carrera de Sara se mutilaba; el castigo divino le hizo sacar la casta, siendo en la cinta Los Tres García y su secuela, donde encarna a Luisa García de García, que tal pareció era su propio personaje: entrona, empistolada, con puro en la boca, que lo mismo le daba a la charrería que al alcohol en compañía de cualquiera de sus tres mal educados, malandros y borrachines nietos, obligándolos también a que la acompañaran a misa.
El contraste de personajes que Sara García caracterizó, quedaron muy grabados en mi memoria. En la cinta LA TERCERA PALABRA (1955), encarna a la dulce, abnegada y amorosa tía Matilde que junto con su hermana Angelina (Prudencia Griffel), dieron todo para educar al inocente e incivilizado sobrino Pablito Saldaña (Pedro Infante), contratando a la maestra Margarita Luján (Marga López) para que lo pusiera “al tiro”, y en ese inter, Pablito descubre que su corazoncito le empieza a «latir bonito» y no tuvo más empacho en embarazar a la maestra Margarita que le enseñaba de todo, incluso la tercera palabra que era el amor.
En MECÁNICA NACIONAL (1971), su personaje de madre y abuela, rompe con el prototipo de la tierna delicadeza de los mimos. La realidad de la familia mexicana de clase media, es exhibida con sobrada ironía, en la cual las palabras y albures picarescos pululan, donde se dan vida el Eufemio, La Chabela, el Güero Corrales, doña Dora, sin percatarse del infartón que Lolita (Sara García) recibe, estirando de inmediato la pata en medio del inche guateque, que de ninguna manera fue interrumpido.
Amigos, vale la pena recordar estos dos filmes. Y como dijo Manuel Palacios, el gracioso Manolín: “Fíjate qué suave”.
Ánimo Ingao…!!!
Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz
Matilde y Angelina, los quieren complacer, disfrútenlas…!!!

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