LÍNEA DE AUTOBUSES AZTECA
ARS SCRIBENDI´
Es emotivo recordar cómo se
iba modernizando el pueblo coatepecano desde la primera mitad del siglo XX.
Francisco Javier Suárez Olmos me proporcionó una fotografía en blanco y negro
del primer autobús de la línea Azteca que guarda con orgullo y sentimiento en
el acervo de su archivo familiar. Dicha unidad móvil la fue a traer al puerto
de Veracruz su señor padre, don Reynaldo Suárez Morales, en la misma se aprecia
de perfil frente al camión en mención mientras otra persona le está quebrando
una botella, ritual que se acostumbra cuando una unidad de transporte marítimo,
aéreo o terrestre comienza su servicio, una forma de ungirlo de buena suerte.
Algunos visionarios socios que
recuerda Francisco y que fundaron y fueron pioneros de este servicio lo son:
Samuel Murrieta García, Baltazar Landa, Adolfo Suárez, Antonio Morales, Eliseo
Martínez, Alberto Morales, Guillermo Hernández, Ignacio Capistrán, Manuel
Quiroz, Manuel Contreras, Víctor Piña, Juan López, Mauricio y Nicolás Hakim,
Salvador Rebolledo, César Alemán, Rodolfo Hernández y don Reynaldo Suárez
Morales entre otras personas más que la neblina del tiempo oscurece sus
nombres. Ellos se preocupaban porque las personas que tenían necesidad de venir
al pueblo o viceversa no contaban con modo de transporte, fue entonces que esta
primera unidad la dispusieron para llevar y traer pasaje a las congregaciones
como: Mahuixtlán, la Orduña y la Isleta Grande cobrando veinte centavos el
pasaje. La Cooperativa Azteca comenzó a funcionar el 10 de julio de 1945. El
primer conductor fue Roberto Sánchez y su primer viaje lo hizo a Pacho Viejo y
salió de la terminal ubicada en las afueras del Mercado Rebolledo. Cada vez que
estrenaban nuevo camión lo festejaban con excursiones a Monterrey, Guadalajara,
Tuxpan, León, Guanajuato entre otros estados del país.
Estas personas contribuyeron
con su trabajo a modernizar al pueblo coatepecano y fomentar su economía.
Muchas veces el reconocimiento al esfuerzo y dedicación llega tarde, no por eso
es menos meritorio, todo un orgullo para la familia de los hombres de bien; El
licenciado Fernando Jácome Roldán, en el año de 1983, reconociendo el trabajo y
enalteciendo la memoria de don Reynaldo Suárez Morales, le entregó a su hijo
Antonio Suárez Olmos un llavero con su nombre y fechas inscritas 1945-1983,
como un testimonio de los años que prestó su servicio a la Cooperativa Azteca.
La señora Angelina Olmos Ortiz, esposa de don Reynaldo, prefirió que dicho
recuerdo estimativo lo guardara su hijo Francisco Javier Suárez Olmos, a quien
le han conferido el conservar todos los recuerdos de su progenitor, y él lo
hace con mucho cariño y orgullo, pues sabe que su padre fue un hombre de acción
y de bien para la sociedad de su tiempo.
Lo mismo se recuerda a don Samuel Murrieta García, hombre
proactivo, luchador social y cofundador de la línea Azteca, fue un impulsor
para que se abrieran nuevas rutas como las de Tuzamapam, Jalcomulco, la Orduña
y Bella Esperanza entre algunas más. Años después, su hijo Samuel Murrieta
Sánchez fue conductor de la unidad número uno compartiendo experiencias del
volante con los choferes: José Sánchez; Jorge García “El Oso”; Roberto Sánchez;
Alejandro Bonilla “jarillas”; Samuel Martínez; Roberto Melchor “El ministro”;
Adolfo Zamora entre otros.
Las huellas de estas personas las acerca la nostalgia de
un pasado que se añora y perdura en el recuerdo del pueblo coatepecano a pesar
de haber transcurrido setenta y seis años de su fundacion.
rafaelrojascolorado@yahoo.com.mx