¿Los partidos políticos tienen dueño?
Cegados casi siempre por las emociones, por los intereses particulares o de grupo, por las promesas y objetos recibidos, los ciudadanos que concurrimos a las urnas el día de las votaciones electorales, nunca nos ponemos a pensar en realidad a quién o a quiénes estamos beneficiando; pues sin duda alguna, los partidos políticos en México se han convertido en un jugoso negocio para sus líderes, quienes lejos de buscar las soluciones más adecuadas para enfrentar los problemas nacionales, sólo buscan perpetuarse o conquistar el poder político, mismo que tiene que ver con lo económico, específicamente con los negocios.
Así por ejemplo, dice José Luis Camacho Acevedo, en su artículo “Que no sean negocio de unos cuantos”, que el PRI es conducido y financiado desde los Pinos. El PAN por poderos grupos empresariales, religiosos y las corrientes derechistas. El PRD se encuentra totalmente secuestrado por las diferentes tribus internas y sus corrientes que ya nada tienen que ver con la “izquierda”. Morena es propiedad de Andrés Manuel López Obrador. El PVEM tiene como dueños A Jorge Emilio González Martínez y sus cuates más allegados. Movimiento Ciudadano es propiedad del exgobernador de Veracruz, Dante Delgado Ranauro. PANAL es de Gabriel Quadri de la Torre y de Luis Castro Obregón, aunque atrás de ellos está como siempre, Elba Esther Gordillo, la ex del SNTE.
Con excepción del PRI y el PAN, casi todos los nuevos partidos datan de los años ochenta del siglo pasado a la fecha. Estos últimos nacieron dentro la época de lo que se conoce como Estado Benefactor, donde el objetivo primordial era otorgar bienestar a los mexicanos a base de la construcción de una nueva democracia; pero desafortunadamente, las crisis de todo tipo los han orillado hacia la derecha, esto es, ligados a los poderes políticos-empresariales. Según el escrito, en México no hay izquierda, lo que existe (para el caso de lo que fue el PRD y hoy Morena) son partidos políticos con cortes revolucionarios, que paulatinamente se van convirtiendo en radicalismos y populismos.
Lo único que puede corregir estas tendencias de partido-negocio, son las candidaturas ciudadanas o independientes, pues podrían ser un mecanismo correctivo, bueno y positivo, según José Woldenberg. Pues lo urgente es, dice, son medidas correctivas para los excesos y abusos de poder que se da en la partidocracia como la nuestra. Cosa natural cuando se tiende hacia una verdadera democracia. Sólo así, tendremos gobiernos honestos, efectivos y transformadores de la dolorosa situación actual por la que atravesamos en México y el mundo.
Así que mis lectores, no nos dejemos engañar por las apariencias en los lenguajes floridos de nuestros gobernantes y de los futuros candidatos para las elecciones que se avecinan en Veracruz.
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