Crónica Coatepecana

LOS “TORITOS” EN LA REGIÓN DE COATEPEC, VER.

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Dr. Jesús J. Bonilla Palmeros

Cronista de la ciudad de Coatepec

 

 

Los jardines de la localidad se caracterizan por una amplia variedad de flores, y las orquídeas ocupan un lugar especial en el gusto de las damas coatepecanas. Antaño sólo en contados jardines se podía encontrar una extensa variedad de orquídeas, en cambio actualmente su número va en aumento con la amplia comercialización de las especies y los híbridos.

Destacan entre las orquídeas de la región los denominados “Toritos”, cuyo nombre científico es Stanhopea tigrina, y que en la antigüedad era conocida con el nombre en lengua náhuatl “Coatzontecomaxochitl, flor de cabeza de culebra”. En lo referente al término de “toritos”, las personas argumentan que la florescencia de la planta es siempre por pares de flores, por tanto semejan las cabezas de los bovinos que jalan la yunta, y justifican su interpretación al resaltar principalmente la cornamenta y los grandes ojos.

Por lo general encontramos sembrados los “toritos” en armazones circulares hechos con alambre o huacalitos, en los que se acomodan pedazos de “malquique” o madera, dejando pequeños espacios a fin de que puedan salir por entre las raíces los botones. En lo referente a su floración se da entre los meses de mayo, junio y julio, dependiendo de las condiciones y cuidados que se le den a la planta. Actualmente podemos encontrar en la región de Coatepec, diversos ejemplares cuyas flores se diferencian por el tamaño y la coloración, siendo las más apreciadas entre los amantes de la jardinería, aquellas variedades que son de mayor tamaño y grandes manchas de color vino.

Sobre su antiguo nombre de “Coatzontecomaxochitl” al parecer se fundamenta en la interpretación simbólica de la flor, en cuanto a sus características distintivas en las que resaltaban su referente dual al florecer por pares, y los aparentes colmillos. La naturaleza simbólica de la culebra en el México prehispánico es muy amplia, lo cual nos remite a un carácter cosmológico, mismo que podemos observar en la diversidad de las representaciones de ofidios en la plástica mesoamericana. Destacan en el amplio repertorio iconográfico de las serpientes, las representaciones duales, en clara referencia a las concepciones dicotómicas: vida-muerte y lluvia-sequia, en sí dos momentos claramente definidos en la concepción cíclica del desarrollo a nivel cósmico. De tal forma que al ser la flor entre las sociedades prehispánicas, el momento culminante en el ciclo reproductivo de las plantas, y en razón de haberse asociado la “Coatzontecomaxochitl” con la culebra, podemos deducir la superposición entre las cargas simbólicas de las flores y los ofidios, como referentes conceptuales del desarrollo cíclico de los seres y las plantas.

Antaño se refería en la tradición oral de la región coatepecana, una antigua historia relacionada con los “toritos”, que nos remite a los propios orígenes del ser humano. La referencia que se les comparte en la presente colaboración fue registrada en año de 1986 por un servidor y dice así: “…Dicen que cuando fueron hechos los hombres, no comían maíz, sino se alimentaban con la miel que se encontraba en los “toritos”, porque antes floreaban hacia arriba y no se abrían tanto, entonces siempre estaban llenos de miel y ese era el alimento de la gente, pero cuando los hombres comieron maíz por primera vez, los “toritos” empezaron a florear hacia abajo y se abrieron mucho sus pétalos, por eso ya nunca dieron más miel, sólo queda el perfume muy dulce del alimento que daba antes…”

La pervivencia de antiguos referentes simbólicos de la interrelación entre seres y plantas a través de los mitos, son un claro ejemplo de las asociaciones que establecieron las antiguas sociedades indígenas, en cuanto a las relaciones entre el ser humano con plantas y animales, a su vez reguladas dentro de un orden cíclico.

 

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