Peñaloza Deportivo

MENOS ESTADIOS, MÁS EDUCACIÓN

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Pedro Peñaloza

«Cuando se trata dinero, todos son de la misma religión».

Francois-Marie Arouet de Voltaire
 

El «milagro brasileño» (crecimiento económico) que se ha vivido en los últimos años ha ocasionado que las Olimpiadas y el Mundial de futbol se celebren en el país de la samba y la feijoada. Los compromisos del país sudamericano lo han colocado en el ojo del huracán en los últimos meses, el Gobierno promete tener los estadios y las instalaciones en el tiempo prometido.

En la pasada Copa Confederaciones se mostró, por un lado, el enojo del pueblo brasileño saliendo a las calles a protestar por el costo excesivo que ha tenido la construcción de los doce estadios, que suman 3,400 millones de dólares, una cifra que supera lo gastado en Alemania y Sudáfrica juntos (El País, 28/noviembre/2013), dejando de lado el gasto en educación y otros servicios. Mientras tanto, el último informe PISA de la OCDE, el cual evalúa las competencias en comprensión lectora, ciencias y matemáticas de niños de 15 años, coloca a Brasil en el lugar 58 de 65 países. Un rezago significativo en la educación para un país en vías de desarrollo.

La primera reacción del Gobierno brasileño, con el beneplácito de Blatter, fue la violencia y represión de los manifestantes que pedían más escuelas y hospitales. Asimismo, la FIFA pidió al Gobierno que se «pacificaran» las favelas, principalmente en Río de Janeiro, mandando tropas de élite para exterminar a los capos de esos barrios.

Los saldos que ha dejado la organización del Mundial en Brasil han sido altos, los costos de los estadios en las nubes, las demandas de la población no han hecho mella en los políticos, sólo promesas al aire. El Gobierno asegura que no se repetirán las manifestaciones vistas en la Confederaciones, que está todo controlado y que el ejército y la policía resguardarán las zonas mundialistas. Una vez más se demuestra que los intereses económicos que genera una justa mundialista están por encima de las condiciones de vida y las libertades básicas de las mayorías. Ver para creer.

LA IMPUNIDAD DEL «TUCA»

La expresión «Salcido no sale de Tigres rumbo a Chivas; al menos, no por cacahuates ni vidrios», de Ricardo Ferretti, refiriéndose al intercambio entre Luis Michel y Carlos Salcido, es una falta total de respeto para el portero del Guadalajara. Aunque no debemos sorprendernos mucho. La falta de ideas y el exceso de groserías han sido las características principales de un técnico que ha basado su longeva presencia mediante los gritos destemplados y los desplantes para la televisión.

En ese contexto de diatribas, su anuncio acerca de la contratación de Darío Burbano por parte de Tigres para la próxima campaña refleja un tacto de elefante, desconcentrando al jugador colombiano, de mala leche, que participa en las semifinales con el equipo León. La noticia precipitada por parte de este entrenador de marras, sólo refleja la amargura de su eliminación y pretende tranquilizar a la afición con una contratación «bomba».

La permanencia del Ferretti en los Tigres es inexplicable. ¿Quién es su protector? ¿Quién lo mantiene como entrenador? ¿Qué arreglos tiene con la directiva felina para que le permitan todos estos improperios y le renueven su contrato con cada eliminación? Sabemos que la plantilla de los universitarios es de las más caras de México y no se pueden dar el lujo de calificar en octavo lugar o quedar eliminados en la primera ronda. La afición tigre no se merece un entrenador con esas características. Quizá se olvide, pero, aunque sea nominalmente, representa a una universidad. Una vez más, el dinero pisotea a la educación.

Algo Más. Decio de María se tuvo que tragar su decálogo y demostró que es un empleado más de las televisoras al violar las reglas que él mismo había planteado y apoyar la compra del Atlas por Tv Azteca. Sí, hay gatos de angora que son corrientes.

pedropenaloza@yahoo.com

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