Editorial

Mi Informe

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Héctor Larios Proa

Cuanto más nos acercamos, parece mayor la lejanía, por las tres vías que conducen al recinto la lentitud se hace mayúscula. Camiones estacionados desde el libramiento de Coatepec, lugares de estacionamiento insuficientes para los enfermos del síndrome “camionetón”. A pie desfilaban pantalones azules y camisas blancas con corazón rojo (forzado) se formaban en los retenes de seguridad para ingresar al Velódromo de Xalapa. Mañana de domingo con despliegue de movilización. Tareas claves dentro del sistema político mexicano, por cierto no exclusivas de un solo partido.

Por fin llegamos y las secciones están perfectamente asignadas, mejor que en el “Pirata” Fuente, las localidades de la parte superior ocupadas desde las 9:30, mientras los lugares VIP esperaban a invitados especiales haciendo valer el viejo adagio aquel de: “los últimos serán los primeros”. La larga espera de tres horas nos regalaron una lectura del manual de Carreño en el día del gobernador. Desfilaron sonrisas falsas, abrazos de Judas, saludos sinceros, y servilismo de funcionarios de medio pelo  con celulares en mano dispuestos a atropellar por capturar su selfie de ocasión, empujaron como auténticos tackles de futbol americano, para hacerse notar en el deporte de hacer presencia y bulto.

Con mejor logística que los conciertos de Luis Miguel, sin faltar porristas tradicionales de la política mexicana, para dar legitimidad con baño de pueblo,  anuncian el inicio del V Informe de Gobierno. Para dar paso a lugares comunes del discurso.

Esperando, porque la esperanza muera al último, escuchar el estado general que guarda el estado en la parte social, económica y financiera. Y sus repercusiones en las familias veracruzanas. Para así comprender el sentido de las medidas políticas adoptadas en la administración actual.

El acto fue una maratónica presentación y halagos de personajes que hicieron acto de presencia, lo cual dibujó de cuerpo entero al ejecutivo y sus asesores que brillaron por su ausencia, incapacidad o malicia.

Las mismas poses, estereotipos de aquellos políticos del siglo pasado, prototipos nacionales de la demagogia, herederos de caciques empeñados con la avaricia y el poder, en pleno siglo XXI, y con la complacencia de ciudadanos sumisos que hunden al estado que lo tiene todo.

Muy cerca los testigos mudos y cómplices de inquilinos momentáneos de dependencias oficiales, cirujanos del presupuesto, o bien coautores en ocultar procesos de adjudicación, que no cumplen con la ley y esconden detrás del escritorio la bandera de la impunidad.

Esas fueron las imágenes que llegaron a mi mente cochambrosa en una mañana de domingo en el velódromo xalapeño.

Quiero pensar que no escuché, que estoy equivocado.

Quiero pensar, y creer “que Veracruz ya cambió, es un estado que tiene rumbo y compromiso con su gente” (sic). -Estoy seguro que no se refiere a la gente de a pie-.

Quiero pensar que fueron esfuerzos institucionales quienes impulsaron a los hoteleros a construir 1 hotel por mes, promedio, en la presente administración.

Quiero pensar que el velódromo y otras instalaciones deportivas del estado están verdaderamente al servicio de los deportistas veracruzanos desde el termino de los Centroamericanos 2014, y no escasos meses antes, basadas en una estrategia de  política pública deportiva y no de ocurrencias.

Quiero pensar que los atletas veracruzanos mencionados, incluido el premio nacional del deporte 2015, recibieron sus becas y apoyos completos y a tiempo, al igual que sus compañeros y entrenadores (¿).

Quiero pensar, deseo y aspiro a que exista un ambiente de seguridad y armonía para el pleno ejercicio de la libertad de expresión para todos y todas. Donde la tolerancia sea ejercicio cotidiano, y no discurso coyuntural.

Me urge pensar y $entir que no hay adeudos a proveedores de gobierno.

Quiero pensar, asegurar y garantizar que son los maestros la piedra angular para el desarrollo regional y sustentable dentro de una economía de mercado, que el magisterio no sea carne de cañón para negociar con sindicatos y federación. Que la UV disponga de manera oportuna sus recursos asignados. No quiero leer en los diarios a funcionarios que desmienten, aclaran cifras y montos en el Congreso.

Quiero pensar que estoy equivocado, que todo es limpio y transparente. Que esa tierra de la fantasía es real como se nos dijo.

Al menos quiero pensar que es la oportunidad para desterrar este tipo de informes en Coatepec, falta poco para saber.

 

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