REGIONALES

Mirada positiva

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 Miguel Ángel Rodríguez Todd

 

Es parte de las debilidades de nuestra condición de seres humanos, la inclinación a mirar las fallas y defectos de los demás por encima de sus virtudes. Creo firmemente, sin embargo, que todos tenemos, en mayor o menor grado, aspectos positivos de nuestra personalidad y de nuestro actuar, para ser reconocidos. Bajo esa reflexión, caminando por nuestras calles coatepecanas, me remonté a la época en que fue pavimentado el circuito Constitución-Cuauhtémoc-Juárez-Aldama-16 de septiembre-Zaragoza. Si la memoria no me falla, esa pavimentación estará próxima a cumplir 35 años de antigüedad, pues fue realizada en la administración 1979-1982, encabezada por el Dr. José Román Mortera Cuevas (+).

Dicho circuito tiene una longitud aproximada a 4 km de pavimentación con concreto hidráulico; ignoro su volumen total, pero supongo debe rebasar los 5,600 m3.  Al caminarlo veo el concreto vivito y coleando. Si bien presenta tramos fracturados, en su mayoría está en condiciones aceptables. Observo también que recientemente se sustituyó con concreto estampado el tramo de Constitución, entre Allende y Terán y, hasta me atrevería a afirmar, que ese trecho está más afectado que el resto del pavimento del circuito. Me sorprende mucho la conservación del concreto, pues el aforo vehicular que presentan esas vialidades no es cosa mínima. Pienso que, por ejemplo, en la calle Zaragoza, en horario pico, deben transitar más de 2,000 vehículos automotores por hora, de los cuales, bien puede ser un 10 % de transporte público el que circula por ahí.

El éxito de la conservación de esa pavimentación se debe a que se optó por sustituir en esos trabajos la infraestructura subterránea; es decir, las tuberías de agua y drenaje y sus respectivas tomas y descargas domiciliarias fueron cambiadas en su totalidad. Una decisión más fue tomada con mucho acierto y, hasta diría yo, adelantada a su época, al considerar construir la red de atarjeas (drenaje sanitario) a base de canales de secciones rectangulares. La decisión fácil y más económica de la época, hubiera sido colocar tubería de concreto simple con juntas de mortero que no hubiera garantizado hermeticidad. Hoy, a partir de 1995, existen normas que establecen la obligatoriedad de construir sistemas de alcantarillado empleando tuberías con junta hermética. Pero volviendo a la calidad de los trabajos realizados en la pavimentación del mencionado circuito, es de destacarse la estupenda base sobre la que se aplicó el concreto hidráulico, con cajones de buena profundidad y correcta compactación. Y para rematar, el “colado” del concreto fue el óptimo en cuanto a su resistencia, a pesar de haber sido elaborado en sitio. En aquellos años era difícil ver en Coatepec las grandes revolvedoras montadas en camiones para vaciar el concreto premezclado, lo que ahora permite asegurar la resistencia del también llamado hormigón. Podemos afirmar, a manera de resumen, que fue un trabajo bien hecho, con mucha creatividad, responsabilidad y pulcritud.

El reconocimiento y agradecimiento post mortem al Dr. Mortera por esa obra material. Recurrió al ingenio y al estudio para contraer un crédito con BANOBRAS y, con absoluta seriedad, limpieza y sensatez lo ejerció y, sobra decirlo, los resultados están a la vista. Por cierto, el crédito en su totalidad fue cubierto en la siguiente administración municipal. Bien por dos administraciones que actuaron con el fin supremo de servirle a Coatepec. Hoy los Ayuntamientos tienen la posibilidad de hacerse de diversos fondos federales para ejecutar obra pública, sin embargo, aun así, no han logrado lo que pudieron hacer esos dos presidentes municipales.

Coatepec demanda gobernantes escrupulosos en el manejo de los recursos públicos que le devuelvan al pueblo obras de calidad con durabilidad de varias décadas. Ojalá pronto podamos percatarnos que existen esos especímenes. Mucho me gustaría.

 

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