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Padre Martín del Campo, a un milagro de ser beatificado

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Charlando con el Pbro. Quintín López Cessa

 

Por Mary Paz Monzón Rojas

El pasado 13 de agosto se conmemoró el fallecimiento del querido Padre Juan Manuel Martin del Campo, quien fuera párroco cura de San Jerónimo en los años de 1960 a 1970. Actualmente, ahí mismo reposan sus restos mortales. Es por ello, que tocamos el tema de la vida ejemplar del Padre Martín y su camino hacia la beatificación.

Padre Quintín, ¿cómo conoció al Padre Martin del Campo? Lo conocí en mi adolescencia, cuando me encontraba en el Seminario Menor, él iba a darnos charlas o a confesarnos. Tiempo después coincidíamos en las reuniones de sacerdotes, pero convivimos mucho,  especialmente cuando acompañábamos a Señor Obeso a las visitas pastorales, en los trayectos yo manejaba era ahí cuando platicábamos muchas cosas con el Padre Martin.

¿Cuáles eran características del Padre Martín? Tenía un trato misericordioso siempre, sin juicios, sin condenación, ante las peores situación que hubiera pasado una persona siempre le anunciaba la misericordia, era un hombre bondadoso. Tenía carácter explosivo, pero lograba controlarlo. Él fue del tiempo del Señor Guízar y Valencia entonces, su enseñanza y su aprendizaje es un poco antes de la renovación de la iglesia que se hizo en el Concilio Vaticano II, no es que él haya sido un gran renovador de la iglesia, pero era un hombre con las capacidades y conocimientos de su tiempo y se la pasó haciendo el bien. Durante mucho tiempo el señor Arzobispo se apoyaba en él para los lugares en conflicto, le pedía al Padre Martin que fuera a intervenir dando resultados siempre positivos. Básicamente era un hombre que buscaba el bien. Se rigió por los dos pilares de la fe cristiana: “ama a Dios y al prójimo”, se distinguió por hacer las dos cosas. Uno de sus carismas fue el tiempo para confesar, la gente lo buscaba, se veía reflejada en la misericordia de Dios y él con una actitud siempre de acogida y de respeto a las personas. Otro gran ministerio fue el exorcista, era muy claro en eso, él decía que de mil gentes que le traían con supuesta posesión demoniaca, uno estaba poseído. Dios le dio ese carisma de discernir muy bien entre lo que es una enfermedad y una posesión. Poseía una fuerza en sí mismo pero no físicamente sino en Dios.

¿Cómo es el proceso para que sea nombrado Santo? Se mandan testimonios y evidencias a Roma, allá hay comisiones de teólogos y especialistas. Hasta ahorita se ha dicho que es un hombre que se ha distinguido en las virtudes. El Padre Martin, no es un hombre que haya brillado por un cargo alto en la iglesia el brilla más bien en su vida diaria, en lo cotidiano. Un hombre como dice la escritura: “sé pobre de espíritu que es la característica principal para ser feliz, también, quiere decir el que pone su confianza en Dios, no en el dinero, ni en la salud, ni en el reconocimiento”. Esto coincide con su nivel de vida austero, él no tenía casa propia, siempre le prestaban a dónde vivir, tenía un coche modesto. Alguna vez me comentó que por sus manos habían pasado millones de pesos pero así como llegaron pasaron a otras manos. Hay testimonios que dicen que ayudó a muchas personas económicamente.

¿Por qué pedirle a Dios que lo declare  lo declare Santo? Tiene el título de Siervo de Dios, esto quiere decir que ha sido revisada su vida con todos los testimonios que de aquí se han mandado y coincide en que las virtudes cristianas  como lo son: la esperanza y caridad y las humanas como: prudencia, templanza, fortaleza y justicia el Padre Martin las vivió de manera extraordinaria, porque de alguna manera todos tratamos de vivir las virtudes pero cuando alguien las vive así como él se puede designar en la iglesia como Santo.

¿Qué falta para que sea beatificado y después canonizado? Como lo principal que sea un hombre que se ha distinguido en la vida cristiana, eso ya está aprobado. Lo que falta es un milagro, pero un milagro en el campo médico porque tiene que ser comprobado. El Padre Rafael González, quien es el encargado de su causa de beatificación tiene una lista de los milagros, pero a lo hora de hacer un estudio exhaustivo no pasa. Por eso pedimos al señor porque si él quiere nos regale en la persona de Martin un santo, porque un santo anima a la comunidad cristiana, porque cuando un sacerdote comete un delito todo el escándalo y todo el daño que hacemos a la gente, entonces, cuando un santo se caracteriza por vivir la cristiana anima, estimula a la comunidad, porque es alguien como yo, con virtudes y defectos. Alguien pudiera señalar defectos al Padre Martin, porque un Santo no es perfecto, pero es alguien que está consciente de su imperfección, de su debilidad  y por eso se apoya en el Señor. Esperamos ese milagro.

 

 

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