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PASEO DE LA REFORMA

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PASEO DE LA REFORMA

Por Rafael Rojas Colorado

Amigo lector, hoy vamos a abrir las páginas de la novela “Paseo de la Reforma” de Elena Poniatowska, nos muestra mundos distintos, el del millonario joven Ashby Egbert, quien, al ser electrocutado, las circunstancias lo llevan a un Hospital público, “El Obrero”. Allí, entre sus vecinos de cama, se encuentran don Eulogio Castillo, alias “don lolo”, Eleazar Quintero, devoto de Moctezuma, él “Gansito” quien se quemó con mota, su vieja que lo visita y a la que conocen como la “Carimonstrua”, Genoveva y la enfermera de mal carácter, descubre el mundo de los jodidos, los obreros y peones, lo curioso es que lo persuade al grado de ocultar su estatus social, inventa la historia de una vida imaginaria y es la que les cuenta, se hace pasar por uno más de ese mundo vulgar, en el que no se regulan por leyes sociales, pero que, a pesar de sus limitaciones económicas y culturales, viven libres de ataduras que les regule sus conductas cotidianas y les acompaña cierta felicidad.

El joven Ashby se casa con Nora, mujer millonaria y de suma inclinación a la literatura, gracias a esto él se involucra en el mundo intelectual de esa época, conoce a José Gaos, Juan David García Bacca, el sacerdote José María Gallegos Roca Full y Eduardo Nicol, exiliados españoles de los que recibe parte de su sabiduría.

Ashby, forma parte de ese grupo de amigos intelectuales que cenaban y se emborrachaban en su casa: Juan Soriano, Diego Meza, Joaquín Diez Canedo y Aurora, Paco Giner de los Ríos, Rosario Castellanos, los hermanos Gutiérrez y Carletto, José Revueltas, Carlos Pellicer, León Felipe, Jorge Portilla y la guapa y misteriosa Amaya   Chacel, todos amigos, pero como dice el narrador, cuando alguno de ellos se despedía, todo el veneno de las flechas daba en el blanco, así de complicado es el mundo.

En estas páginas están descritos las familias de la élite, de los intelectuales, del activismo político y el de los parias, los que se tutean y se ganan el sustento diario con el sudor de su frente, los que agradecen al patrón porque les de trabajo, pero que finalmente resultan ser más libres que los de modales refinados. Esta historia invita a la reflexión del mundo en el que vivimos, donde está presente la injusticia y la desigualdad social, en la que la justicia se aplica al jodido, lo explotan y hasta lo encarcelan, el rico está exento de estas leyes.

También descubrirá quien se arropa en la personalidad de Amaya Chacel, quien posee un temperamento fuerte, de mucha decisión, de valor, de rebeldía y a la vez caritativa, está donde la necesitan. Es amante que se sabe entregar, que arde y hace erupción como un volcán cuando así lo desea, pero que juega a placer con quien de ella está enamorado. La novela también es una crítica al sistema de esa época en la que un solo partido se heredaba el poder, posee atisbos revolucionarios e históricos.

Paseo de la Reforma, es una novela que devela la buena literatura, elegante y maestra, pero contada con simplicidad, al estilo de una conocedora del arte de escribir literatura, como lo es Elene Poniatowska. Se disfruta esta lectura en la que cada personaje cobra vida y podemos conocer su personalidad como si estuviéramos frente a frente.