Ars Scribendi

Señorita Kreativitet

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Existen seres humanos que se atreven a aislarse del bullicio cotidiano para abrir plenamente los sentidos, escuchar la voz de la naturaleza y percibir con el alma las manifestaciones del universo. Este es el ejemplo de Elma Quevedo Utrera, quien abre las alas de su inspiración a través de los pinceles para elevarse a un estado en el que converge su pensamiento, inspiración y talento en llamativas pinturas que comunican sus sentimientos, sensibilidad y pensamiento. Sus cuadros nos muestran esa senda que provoca placer y enamoramiento a la vida.

El 31 de octubre Elma mostró al público parte de su trabajo artístico. La sede: “Café la Estación”, acogedor espacio del pueblo coatepecano para paladear un exquisito aromático. Los cuadros enmarcan las imágenes a las que, a través del pincel, el alma de la pintora ofrendó vivacidad, tanto que aún los ojos más indiferentes fueron incapaces de resistirse a obras de enorme belleza espiritual como la “Mona Trina”. Por su parte, “Dulce felicidad” ilumina con la luz del conocimiento a los que tienen sed de aprendizaje. “Las comadres” nos devela alguna época en la que respiramos un halo provinciano. “Emmita Monkiki” representa el tierno amor de una madre hacia los hijos. “La Remojadita” invita a compartir la mesa y “Bizcochito”, con sus ojos profundos y expresión reflexiva, parece invitarnos a compartir una taza de rico café con la musa. La obra está expuesta en técnica mixta y acrílico sobre tela.  Desde la pared del café guiñan sus ojos a todo aquel que enamorado las observa con la buena intención de llevárselas para que decoren la casa familiar.

La obra devela la intimidad del espíritu de la autora, su pensamiento, su forma de observar el entorno y de mudarlo en decorativas imágenes, que tal parece están animadas con el profundo amor y el anhelo de unir lo abstracto con el mundo real a través del pincel de la artista.

Elma Quevedo Utrera evoca aquel pasaje de su vida cuando la adolescencia comenzaba a sonreírle, su alma experimentó las primeras sensaciones que la persuadían a pintar. Tan sólo fueron unos trazos de colores que el paso del tiempo fue depurando, hasta conseguir una imagen que fluía de una idea. Observadora del entorno, con su sensibilidad va atrapando esas conductas comunes que presenta el diario vivir y las plasma en persuasivas pinturas que rozan el alma de quienes tienen el privilegio de mirarlas.

La gratitud está presente en la artista y su mente acerca al maestro Sergio Melo, quien le develó los secretos del oleo, y al Maestro Bankr Fanza, a quien debe la técnica del acrílico. Además, siente reconocimiento por Antonia Berruezo, Alejandro Suárez y Eduardo Reppert, quienes diariamente a través de su trabajo luchan para que el arte prevalezca en Coatepec, porque es una armoniosa manera de embellecer el alma humana y concebir al mundo de una manera diferente.

Al pintar, Elma se encuentra consigo en lo más hondo de su intimidad, donde los colores cobran vida y parecen ser terapia que ilumina sus ideas, donde las alas de la libertad la transportan al desahogo espiritual de su profunda pasión por la pintura. Las ideas continúan divagando en el espacio, en espera de que Elma las inspire y nos muestre su sensibilidad a través de maravillosas y persuasivas ilustraciones.

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