Pedro Peñaloza

UN GOBIERNO SIN RUMBO

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Pedro Peñaloza

“No son las locomotoras, sino las ideas, las que llevan y arrastran al mundo”.

Victor Hugo

1. El afán por la confrontación y el arte de pelear con todos al mismo tiempo. Enrique Peña ha decidido que en el primer año de su gobierno puede encarar un conjunto de reformas llamadas «estructurales», sin un complejo proceso de desgaste y polarización. Parece ser que los asesores del joven imberbe se han convertido en sus principales enemigos.

2. ¿Reformas o parálisis? El inquilino de Los Pinos ha tratado de justificar su enorme torpeza en el tratamiento de diversas iniciativas aduciendo que «lo más cómodo, lo más fácil hubiese sido no hacer nada, haberle puesto pausa al país y dejar que la corriente siguiera su inercia. Pero éste es el momento de hacer las reformas y acelerar el paso» (La jornada. 01/10/2013).

Quizá alguno de los miembros del gabinete o un hombre de su confianza le vendió la idea a Peña de que «este es el momento» para aprobar el paquete de las reformas «estratégicas». Craso error; ahora, el gobierno se ha colocado como enemigo de todos los sectores, desde los maestros, algunos partidos, hasta a los empresarios, repudian a las distintas reformas que tanto presume el priismo. Es decir, de nada valió el anuncio del regreso de un «nuevo PRI», la carencia de talento para negociar con los distintos y un manejo absurdo y atemporal de reloj político, hoy tiene al país como una especie de queso gruyere.

3. La vuelta a la tierra y el derrumbe de la imagen fresca de un joven. Poco a poco, y a veces a pasos agigantados, en los primeros diez meses de la actual administración, se empiezan a mostrar los rasgos de un grupo gobernante bofo, torpe y sin altura de miras. El titular del Ejecutivo Federal se ha mostrado incapaz de tomar las riendas del país imprimiéndole un rumbo con certeza y claridad; lejos de ello, Peña ha ido deslavando la imagen que le inventó la televisión privada y los empresarios mercenarios que lo cobijaron para presentarlo como un candidato «con ideas nuevas».

Nada más alejado de la realidad. El discurso del presidente es circular y monótono, no muestra claridad y sentido en torno a los temas nucleares del país. En materia de seguridad y procuración de justicia creyó que evitando incluirlas en su agenda pública se podría «exorcizarlos», los datos muestran exactamente lo contrario: los principales delitos están a la alza y tienden a mantenerse en esa curva ascendente; en el rubro económico, Peña Nieto está atrapado y sin salida ante los factores exógenos y endógenos que presionan a la economía nacional; uno de ellos, es producido por el propio gobierno, nos referimos al subejercicio en el sector público, que por mero voluntarismo presidencial las dependencias están paralizadas y sin ninguna iniciativa para dinamizar su gasto; por si algo faltara, el informe de las finanzas públicas emitido por la Secretaría de Hacienda, reporta menores ingresos del sector público, una lenta ejecución del gasto -por debajo del 60 por ciento-, y la reducción en el crédito al consumo. Hacienda, prevé que al final del año se registre una merma de 49 mil 700 millones de pesos por ingresos petroleros y 15 mil 700 millones por recaudación tributaria, para un faltante de 65 mil 400 millones de pesos, respecto a lo programado para este año. A lo anterior hay que sumar la parálisis presupuestal de Estados Unidos, que junto con la desaceleración de la economía mexicana, nos presenta el peor de los escenarios.

4. El oficio político no se desarrolla a partir de impactos mediáticos. El gobierno de Peña Nieto adolece de talento y capacidad para darle certidumbre al país, el gabinete del peñismo es la suma de las ineptitudes de un grupo que apostó por una gobernabilidad basada en golpes efectistas y simulaciones expandidas. No tuvo que pasar mucho tiempo para evaluar al «nuevo PRI». Son más de lo mismo, pero ahora, brutalmente torpes.

pedropenaloza@yahoo.com

 

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