Especial

Y NOS ALCANZÓ EL VERANO.

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La prontitud que lleva el tiempo es imposible de reducir. Este 2019 se disipa tal y como lo dejó escrito el grillo de don Francisco Gabilondo: “Los días se van, el pobre calendario parece adelgazar de modo extraordinario”. Hoy termina el periodo de la primavera; sin paciencia le abrimos la puerta a este verano que, candente comparece y sin ningún miramiento hace que sudemos la gota gorda y se intensifique la sed. Así preguntamos: ¿Cómo vamos en nuestras actividades? ¿Se cumplen las propuestas hechas la noche del pasado 31 de diciembre? ¿Estamos en el mismo lugar? En dos días festejaremos Corpus Christi y en otros más a San Juan Bautista y por lo pronto, párvulos y adolescentes enfrentan los exámenes finales, algunos padres de familia junto con los profesores preparan las fiestas de graduación y todos ansían las necesarias vacaciones.

 

Hoy tenemos solsticio (del latín solstitium, cuando el sol queda estático), es el día más largo del año; el astro rey está en su punto más alto. Las 17.54 es la hora oficial que marca el inicio del VERANO BOREAL, éste, se caracteriza porque el ocaso es más tarde y la aurora más temprana. Esta fecha, la Organización de las Naciones Unidas, la eligió para proclamar el día internacional del Yoga, disciplina donde se integra el físico, la mente y el espíritu y seguramente en el Áshram de la Gran Fraternidad Universal, en el rumbo de los carriles, estaremos de plácemes disfrutando el agradable acontecimiento transpirando en el temazcal.

 

Los romanos, todopoderosos, dominantes de los pueblos con el pan y circo, así como determinantes de los días fastos y los nefastos, en su calendario marcaban únicamente dos estaciones, una prolongada que, abarcaba primavera, verano y otoño, y otra reducida que le llamaban hibernum tempus, lo que hoy es el invierno. La estación extensa contenía nueve meses, le llamaban ver, veris, palabra que se convirtió en lo que llamamos verano y lo picudo de esto, es que al inicio de esta estación le llamaron PRIMA VERE, o lo que es lo mismo «primer verano», resultando el término primavera. Al clima más caluroso le llamaron veranum tempus o lo que es lo mismo tiempo del verano.

 

El otoño significa que viene la plenitud del año, cuando la vegetación está al final de su ciclo, de ahí viene la palabra retoñar, volver a echar vástagos, lo que ya había brotado por primera vez. A los que llegamos a la madurez, se nos dice que estamos en “vida otoñal” o sea, en el auge de la vida, por lo cual estamos contentos y no tenemos otra más que cuidar la salud.

 

Como mero recordatorio de nuestras clases de geografía, en el hemisferio sur en este momento están más que listos para recibir el invierno austral. En un equilibrio de la naturaleza, mientras los del norte andarán de visionudos con chanclas y en camiseta, los del sur sacarán sus gorros, botas y bufandas. Lo interesante es saber que harán los de en medio, los que no son ni de aquí ni de allá.

 

Amigos, gente de campo dice que: “En el verano, unos tiran la paja y otros recogen el grano”, así es que hagamos lo necesario y más, para cosechar en abundancia.

 

¡Ánimo ingao..!

 

Con el respeto de siempre Julio Contreras Díaz

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