LA PERSISTENCIA DE LA DICTADURA DE PANTALÓN LARGO
«Cuando la injusticia se convierte en ley la rebelión se convierte en deber»
Thomas Jefferson
EL caso Alan Pulido-Tigres es una muestra de como los jugadores profesionales son tratados como una mercancía más, sin derecho a opinar ni a criticar a sus dueños. El tamaulipeco buscando crecer en su carrera profesional buscó una oportunidad en Europa, sueño de casi cualquier jugador. Por lo tanto, él manifestó que su contrato con la UANL había terminado, por lo que era «libre» de negociar con cualquier equipo. Por otro lado, los Tigres argumentaron que el canterano aún tenía un convenio firmado con la institución.
Ante la insistencia del jugador por saber su situación, pidió a la FMF que le enseñaran el contrato que según la escuadra felina había firmado. El acuerdo presentado menciona que al jugador todavía le hacen falta dos años más. Sin embargo, aquí no termina la novela. En el documento presentado, Pulido tiene un sueldo de 50 mil pesos mensuales, pero su cláusula de rescisión es de ¡10 millones de dólares! Una cifra inflada con el único fin de que el jugador no pueda salir del equipo. Estas nuevas condiciones que atan al deportista más fuerte que un grillete, para que no puedan negociarse libremente, ni buscar una mejor oportunidad como cualquier trabajador, son arreglos totalmente violatorios que impiden el desarrollo profesional de los futbolistas.
La gran mayoría de jugadores no tienen una asesoría jurídica al firmar sus contratos con los equipos. Con tal de tener un aumento considerable y jugosas primas, los futbolistas acuerdan lo que sea y los equipos aprovechan esta ambición e ignorancia. Esto es lo que le pudo pasar al delantero Alan Pulido, que ante un salario más elevado se dejó convencer y suscribió un convenio desfavorable para él y su familia. Asimismo, ningún compañero de Alan, tanto de los Tigres como de la selección, ha levantado la voz para apoyarlo frente a esta compleja situación. Una vez más, emerge el sometimiento que existe por parte de los dueños para que los jugadores no reclamen y mucho menos se organicen. También, se demuestra la falta de solidaridad entre los jugadores.
Y como es su costumbre, el «pedagogo» Ricardo Ferretti salió a criticar ante los medios de comunicación a Alan Pulido. El llamado «Tuca» mencionó que ha buscado al joven delantero para hablar con él, pero que no ha podido. De ninguna manera se justifica el reclamo del entrenador felino, en vez de apoyar a su jugador se pone de lado de los directivos, como buen mercenario que es. No nos sorprende. Ya conocemos las formas en que trata a sus jugadores y los mecanismos que usa para someterlos y arrodillarlos a las directivas.
Un caso parecido, es el de Ángel «Coca» González, en donde por demandar al jugador Daniel Ramírez la Federación lo vetó de cualquier actividad que tenga que ver con el balompié profesional. Ante ello, el ex visor de Pachuca no pudo contratarse con el Guadalajara en su nuevo proyecto. Y ahora, tuvo que retirar la demanda so pena de quedarse en el desempleo. Esto es muestra de que la FMF es un una organización omnipotente, que se encuentra fuera de las leyes mexicanas y que cualquier individuo que ose oponerse a ella, será borrado del plano futbolístico. Hoy más que nunca se hace necesaria la creación de una organización gremial que proteja los derechos laborales de los futbolistas como sucede en Europa o Sudamérica, donde ya tienen varios años operando.
Algo Más. Hay una excelente noticia en el futbol. Después de 140 años de historia una mujer es contratada como entrenadora de un equipo profesional masculino. El Clermont de la segunda división francesa será dirigido por la ex jugadora Corine Diacre. Por fin se rompe el tabú donde se pensaba que las mujeres no tenían la capacidad en participar en este deporte que ha sido monopolizado por el hombre. Esperemos que sea la primera de muchas y estamos seguros que abrir espacios a las mujeres enriquecerá a esta disciplina… No hay justificación, el club Puebla ¡mandó a sus jugadores de las sub-20 en camión a Tijuana! El trayecto fue de dos días, por lo que los chavos venían de un cansancio brutal y aun así jugaron. Por ahorrarse unos pesos los directivos poblanos sacrifican el bienestar físico de sus canteranos. No es el único caso. ¡Patético!
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