Especial

Orden y disciplina. Algo grave está sucediendo en el Ayuntamiento de Coatepec.

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Pablo Rivera Barragán

Esta semana ha sido de mucho dinamismo, empezando por la renuncia del cuarto tesorero en lo que va de la administración 2014-2017. Llevamos tres alcaldes y cuatro tesoreros.

 

La sociedad se pregunta qué está pasando en realidad: ¿Existe una falta de oficio político? ¿Existe boicot al interior del cuerpo edilicio? ¿No funciona el equipo de trabajo que tienen como funcionarios? ¿No se dejan ayudar? ¿Hay manipulación de intereses mezquinos? ¿O todo junto?

 

Manifestaciones de ambulantes, que si bien es cierto que exigen sin tener razón, no ha habido ningún funcionario capaz de explicarles que Coatepec se rige por una normatividad más rígida por ser pueblo mágico y que no se permite ambulantaje so pena de perder el nombramiento.

 

Paros del personal sindicalizado que goza de múltiples canonjías, que si bien son logros sindicales, en realidad lacera las escasas finanzas del ayuntamiento. Si como exigen trabajaran, otra cosa sería.

 

Deficiencia en los servicios públicos, que esos sí, son total responsabilidad del ayuntamiento, lo haga con recursos propios o contratando empresas privadas, como en el caso de la limpia pública que ha dejado mucho qué desear, por haber contratado una empresa ineficiente, pero que deja dividendos.

 

Alumbrado público deficiente, porque en verdad no existen recursos para comprar luminarias y cada vez son más quejas sobre la gran cantidad de lámparas fundidas que no pueden ser sustituidas.

 

Anteriormente ser el Tesorero era un honor, una gran responsabilidad y un privilegio de ser quien maneja las finanzas, los dineros, ser el que paga, porque el que paga manda, etc.,… vamos, un puesto codiciado y peleado. Pero… actualmente ser tesorero es sacarse la rifa del tigre. Administrar los pocos recursos, casi todos comprometidos, para tener que pagar la gran cantidad de compromisos y sobre todo, dar la cara para pedir paciencia a los acreedores, que son muchos; es ahora un verdadero peligro. Eso sin contar los riesgos de tener que tratar con grupos de desconocidos que exigen cotos de poder.

 

La ciudadanía en general percibe un desencanto reflejado en la imagen  misma de una ciudad desordenada, invadida por ambulantes que se han hecho dueños de las banquetas del centro, con todo tipo de vendimias que van desde plantas catalogadas como endémicas, hasta toda una gama de cacharros y un sinnúmero de artículos.

 

Es cierto que todos tienen derecho a ganarse la vida honradamente, pero debe ser “en orden”, puesto que hay reglamentación establecida para el caso.

 

Nunca, por más presión que exista o manifestaciones que hagan, la informalidad puede estar por encima de la reglamentación.

 

Por otro lado, no se ha percibido el apoyo de los comerciantes organizados, de las cámaras de comercio, de los organismos integrados por los empresarios, que salgan a respaldar al ayuntamiento para que se ordene el comercio informal.

 

¿No los principales afectados son los comerciantes establecidos o los locatarios afectados por las ventas informales?  ¿Y dónde hemos visto alguna expresión de apoyo? ¿Todo se lo dejamos al ayuntamiento? ¿No son los más dañados en su economía por esa práctica irregular?

 

Coatepec requiere de orden, autoridad y disciplina. Durante mucho tiempo las autoridades habían mantenido un equilibrio razonable, que ahora pareciera que se ha roto, en ese tema. Tal parece que quienes mandan, son los grupos informales que ponen en jaque a las autoridades que se ven amenazadas con presiones, chantajes y manifestaciones. ¿Y el orden legal? ¿Acaso se debe ceder a presiones?

 

Todos esperamos un golpe de timón por parte de las autoridades, que devuelva a Coatepec, esa armonía a la que estábamos acostumbrados, a la tranquilidad provincial sin sobresaltos, a esa convivencia armónica que solo se valora, cuando se carece de ella.

 

Demos un voto de confianza a que la autoridad, recordemos que la máxima autoridad de un municipio es el Cabildo en pleno, reflexione, determine, acuerde y ordene, que exista orden, templanza y disciplina que mucha falta hace en las diversas áreas que han sido doblegadas por la ineficiencia y la falta de capacidad.

 

Confiemos en que así sea….

 

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