El Valor de Nuestra Gente

¿Por qué se ha perdido el respeto hacia la humanidad?

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Linda Rubi Martínez Díaz

 

Hola amigos lectores, les saludo con el cariño de siempre. Es preocupante la situación de pérdida de valores en la que estamos inmersos, sobre todo porque instituciones tan básicas para la sociedad como la familia han sido afectadas en forma creciente. Se ha visto como algo fácil y sin consecuencias, decidir cosas que pueden trasgredir la calidad de vida de las personas y de las relaciones entre nosotros. La ética que intenta poner un límite a la libertad para no transformarla en libertinaje, ha sido sobrepasada por un voluntarismo irracional que recuerda al mundo natural en el que sobrevive el más fuerte. Ya no hay respeto por la humanidad como tal, ni por la gente que necesita ayuda. La compasión cristiana ha dejado de ser común y en lugar de eso, se intenta cobrar venganza o destruir al otro que consideramos nos ha agraviado. Y esta situación, en lugar de resolverse, no sólo se incrementa sino se termina mostrando en formas inimaginables de intolerancia.

Precisamente en días pasados, tres noticias aparentemente aisladas me llamaron la atención: un chico tratando de detener una pelea fue asesinado con un puñal; un automovilista que discutía con un ciclista, corrió con similar suerte pero con un arma de fuego; y un conductor que tuvo un percance con otro saliendo del estadio “Luis ‘Pirata’ Fuente”, falleció por la golpiza que le fue infringida.

Tres sucesos, tres lugares diferentes y con personas que no tienen ninguna relación entre sí, son ejemplos cercanos que abundan a lo largo y ancho del país, los cuales se terminan diluyendo en el anonimato. ¿Qué le está pasando a la sociedad que en lugar de la negociación o el ponerse de acuerdo, prefiere resolver sus problemas de la peor forma posible? ¿Acaso es tan difícil buscar un poco de racionalidad en medio de la tormenta y ver que frente a nosotros tenemos a un ser humano, un igual a nosotros producto de la creación de Dios que debe ser comprendido y con el cual puede haber comunicación?

La facilidad con la que alguien está dispuesto a destruir la libertad de sus semejantes es preocupante, por lo que me parece urgente buscar las causas para poder actuar en consecuencia.

En mayor medida, creo que esto se debe a la pérdida de valores que viene desde casa, desde la educación formativa que va construyendo nuestro carácter. Ahí están los cimientos más sólidos que nos constituyen como personas. La educación con valores ya no se promueve en las escuelas ni es reforzada, y las situaciones permisibles que en otros tiempos eran reprobables, se han asimilado de tal forma que cuando se llega a la etapa adulta, se asumen como algo natural.

Por tanto, invito a cerrar filas y no olvidar los buenos hábitos, rescatar los valores que reafirman al ser humano y sobre todo a promover la racionalidad en situaciones de riesgo. Hay más causas y acciones que se pueden trabajar, sin embargo, creo que por esto deberíamos empezar, ya que es clave para comprender al ser humano.

Nos leemos la próxima, que Dios los bendiga.

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