La Otra Versión

Los cambios son buenos, pero razonados

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                                                                                 René Sánchez García.

Si alguien le ha sido fiel a Coatepec y los coatepecanos, ha sido sin duda alguna, la naturaleza. Hemos sido nosotros quienes indiscutiblemente le hemos fallado siempre. Desde tiempos remotos, la tierra ha sido benigna en todos los sentidos. No sólo nos ha proporcionado un clima siempre agradable, sino que también nos ha dado su agua a manos llenas. La tierra y el agua permitieron a esta zona producir variados productos agrícolas en abundancia y de la mejor calidad.  Me refiero principalmente al café, la naranja, la miel, el plátano y la caña de azúcar; sin olvidar, la riqueza de su flora y fauna. Esta situación de paraíso terrenal dio a conocer a Coatepec en el mundo.

Y sí, llegó mucha gente interesada a Coatepec, motivada no por el bien común de su gente o por la conservación de nuestro pueblo, sino por la explotación de la tierra a través de la siempre humana y barata mano de obra del campesino o del obrero. Es este el origen de las riquezas que acumularon durante los siglos del XVIII al XX unos cuantos extranjeros y muchos mexicanos que llegaron de otras partes y que la historia regional los registra con nombres y apellidos. Los descendientes de estos y de aquellos le cambiaron de giro a nuestra tierra prodigiosa, y así los cultivos los sustituyeron por muchas colonias y fraccionamientos habitacionales. Así, Coatepec creció sin medida y sin orden de ningún tipo. Hoy ya vemos sus consecuencias que a todos nos afectan.

Del inicio de mi existencia a la fecha, no recuerdo a personas altruistas ni a políticos que hayan hecho algo para Coatepec y los coatepecanos. Tampoco a ayuntamientos que se hagan merecedores a estar en la memoria histórica colectiva. De las personas recuerdo sólo al Ingeniero Armando Bravo, quien donó parte de sus propiedades a cuestiones escolares; de los ayuntamientos recuerdo a Don Joaquín Alcántara Tolentino y al Lic. Diego Hernández Alonso. La verdad, llevó en la mente y en el alma sólo a mis profesores y profesoras, ellos si me dejaron huella, lo otro es olvido. Digo lo anterior porque veo con buenos ojos los cambios efectuados en el actual ayuntamiento presidido por el Doctor Ricardo Palacios Torres. Creo sinceramente que el munícipe está tomando más en cuenta la experiencia probada de sus nuevos colaboradores, que la amistad que pudiera existir. La confianza es buena, pero los conocimientos académicos y laborales son fundamentales para lograr los proyectos a corto, mediano y largo plazo. De verdad, no comprendo aún como la pasada comuna, teniendo a dos exdiputados locales, no pudo verse a un Coatepec nuevo, fuerte y enfocado al trabajo turístico, que parece ser su futura mejor alternativa económica.

Ya hay nuevo Secretario, Tesorero, Presidenta y Directora del DIF, en Obras Públicas, en asuntos Jurídicos, Desarrollo Económico, etc. Coatepec y los coatepecanos tenemos la plena confianza que ellos colaboran estrechamente y que la imagen de nuestra ciudad, sus congregaciones y colonias será totalmente distinta. Ojalá suceda lo mismo en las otras áreas de servicio, pero sobretodo, en agua y saneamiento, pues urge ya devolverle todo eso que le hemos quitado a nuestra siempre fiel naturaleza: esa tierra y esa agua.

sagare32@outlook.com

 

 

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